domingo, 12 de abril de 2015

LA GERENCIA EN LA POSMODERNIDAD



En la actualidad el mundo se hace cada vez más pequeño, debido a la mayor equidad en el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que nos garantizan tener a disposición en tiempo real, en cualquier rincón del globo, todos los conocimientos, descubrimientos y cambios paradigmáticos universales, que obligan a las diversas organizaciones con o sin fines de lucro, a reinventarse constantemente para transitar exitosamente a través de la incertidumbre de los nuevos tiempos, además de asegurar su desarrollo permanente, teniendo como premisa la competitividad y el adecuado e imprescindible perfeccionamiento de su capital intelectual.
La visión de gerencia para la posmodernidad debe ser sinónimo de gerencia de la virtualización, donde el conocimiento es el activo más importante de las organizaciones y en las que todo integrante y más aún los gerentes, deben actuar para acoplarse a las profundas y constantes transformaciones socioculturales que experimentan los estados, las familias, las empresas, entre otras. Se requiere entonces, un proceso de actualización permanente, que le permita a cada miembro de la organización, de acuerdo a las funciones que cumple dentro de la misma, convertirse en conocedor experto en el manejo de los diferentes ambientes virtuales y le posibiliten ser un e-Working, e-learning, e-Comunity, e-Commerce, o e-Goverment; circunstancia ésta que le daría a cada organización mayores y mejores posibilidades de éxito en un mundo globalizado y cada vez más competitivo y dependiente del uso eficaz de las TIC.

COMPETENCIAS GERENCIALES



                         


Las organizaciones actuales se enfrentan en una guerra sin cuartel, por la sobrevivencia o la muerte, contra los permanentes y profundos cambios socioculturales que se dan a nivel de los estados, gobiernos, familias, empresas, religiones, etc. Todas estas transformaciones son propiciadas por
dos elementos fundamentales a saber: la globalización y el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación; lo que llevó a afirmar a Thomas L. Friedman, en artículo publicado en el New York Times el 3 de Abril de 2005 y traducido por Emilio Albarrán “El mundo es plano…” Con dicha afirmación se refería a la posibilidad cierta que tienen todos los países, organizaciones e individuos del mundo de conectarse, nutrirse y participar de una red global que les permite un acceso casi ilimitado a todos los conocimientos, cambios paradigmáticos y le ofrece además oportunidades infinitas de interacción e innovación en los diversos campos del quehacer humano.
                                          
El conocimiento ya no es una herramienta de unos pocos privilegiados, sino por el contrario se encuentra cada vez más al alcance de todos y cada uno de nosotros, lo cual nos ubica en situación de igualdad para desarrollarnos y competir en esta sociedad signada por los cambios en la información y la constante tecnificación.
Todos estos cambios paradigmáticos asociados a la globalización y al uso intensivo de las TIC, hacen impostergable que las organizaciones deban repensarse y reinventarse constantemente con la finalidad de crecer en un mundo cambiante y garantizar altos índices de productividad y competitividad. Esta transformación permanente y necesaria de las organizaciones las hace plantearse diferentes formas de enriquecerse con el conocimiento e interacción en las redes y según la Dra. Sybil Caballero, en su texto: Las competencias gerenciales en tiempos de virtualización, “deben apropiarse de herramientas que faciliten sus prácticas emergentes: e-commerce, e-learning, e-working y e-community”
Con la finalidad de clarificar lo expuesto anteriormente, debemos decir que las organizaciones que tengan intensiones firmes de trascender la modernidad, deben enfocarse en principios gerenciales flexibles, producto de análisis situacionales de las realidades socioculturales; el replanteamiento de objetivos y metas, que deben surgir de los necesarios contrastes de ideas y todo ello apalancado por el perfeccionamiento de su capital intelectual y la participación constante en la producción y organización del conocimiento, a través de la interacción e innovación en las redes mundiales de la comunicación, que perfilan o moldean constantemente el futuro de las organizaciones y por consiguiente de la humanidad.